Los consumidores las patatas en los supermercados e hipermercados a una media de 90 céntimos el kilo, mientras que los agricultores solo percibieron por ellas 18 céntimos de media, es decir 6,3 veces más caro que el precio que reciben quienes las cultivan.
Los datos se desprenden del Índice de Precios entre Origen y Destino que elabora cada mes la organización agrícola y ganadera COAG, a los que han accedido Telemotril y Onda Sur.
Uno de los mayores márgenes de beneficio para la distribución se produce en el brócoli, ya que los agricultores percibieron 62 céntimos por cada kilo, mientras que los consumidores lo pagaron a una media de 2,75 euros, cinco veces más.
En cuanto a la lechuga la diferencia entre lo que pagan los consumidores y lo que perciben los agricultores es cinco veces mayor. Los calabacines o cebollas se vendieron casi cinco veces más caros, mientras que los pimientos y pepinos unas tres veces más caros. En el caso de la berenjena los agricultores las vendieron a 40 céntimos mientras que los consumidores las pagaron a dos euros y medio. En el caso del tomate la diferencia es menor vendiéndose solo al doble de lo que reciben los agricultores.