La Virgen de Las Angustias ya luce la Medalla de Oro de la Ciudad de Motril

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“Ha llegado el momento que todos hemos esperado durante muchos meses; el momento en que la historia de nuestro pueblo va a rendir pleitesia al símbolo del amor que, durante tres siglos, ha coronado no sólo físicamente este barrio, sino emocionalmente la querencia popular y el amor sencillo de generaciones de personas sencillas”. Con estas palabras, la alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro preludiaba la imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad a la imagen de Nuestra Señora de Las Angustias, que se ha producido en el anochecer de este domingo 11 de octubre, en un acto celebrado en la plaza central ubicada junto a la ermita, en medio de un importante dispositivo de seguridad que ha permitido al numeroso público guardar la debida distancia inter personal.

Un acto que se ha producido en un contexto emocional y humano muy definido: cada segundo domingo de octubre la ciudad de Motril mira hacia su barrio más amplio y popular; también, con toda seguridad, el que más ha sabido conservar su identidad al amparo de una complicada traza urbana que se extiende, de sur a norte y tomando como eje una vía de más de dos kilómetros de largo (la calle de Las Monjas), comenzando casi en pleno centro urbano motrileño hasta alcanzar los cerros que coronan la ciudad al noroeste de la misma. Un barrio que arrancó su expansión en el siglo XVIII, y que fue irrandiando sus construcciones y su poblamiento de manera decidida durante la posterior centuria, consolidándose en el siglo XX como el mayor asentamiento poblacional del municipio.

A lo largo de todo ese dilatado lapso de tiempo, la devoción hacia la Virgen de Las Angustias ha sido una constante histórica que, en el arranque del otoño, adquiere un mayor protagonismo con su recorrido procesional por las calles de este añejo enclave motrileño que ya supera los doce mil habitantes.

Y hoy, precisamente, poco después de las 19,30 horas, se ha cumplido un gesto de reconocimiento que hasta el momento se ha visto truncado a consecuencia de la pandemia mundial. El 16 de octubre de 2019 el pleno de la corporación municipal motrileña aprobaba la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Venerada Imagen de Nuestra Señora de Las Angustias. La concesión llegaba en un momento dulce para la hermandad que aglutina el culto público a la efigie realizada por el imaginero Domingo Sánchez Mesa (en los años 40 del pasado siglo): la conmemoración de los 300 años de la construcción de la ermita que, desde entonces, da cobijo a una más que arraigada devoción. Se trata de un singular y sencillo edificio que hasta no hace muchos años coronaba arquitectónicamente el barrio.

Ya en su momento, la alcaldesa de Motril Luisa María García Chamorro se refería a la relevancia de la historia de tres siglos de la hermandad, como uno de los principales sustentos justificativos de la concesión: “y no sólo por esta conmemoración, sino por la importante labor social que este colectivo realiza durante todo el año, además de la impresionante devoción que las Angustias tiene tanto dentro de Motril como en el resto de la costa”.  De la misma forma, la regidora destacaba que “hoy escenificamos el triunfo del valor auténtico del sentimiento popular en estado puro, de la tradición humilde que se convierte en un sello de identidad de toda una ciudad”.

Demora

En un principio, la alcaldesa anunció que la imposición de la Medalla de Oro tendría lugar durante la procesión extraordinaria que la hermandad iba a organizar el próximo mes de mayo, con motivo de ese 300 aniversario, y que haría que se viviesen momentos inéditos pero muy relacionados con las antiguas tradiciones y rituales en torno a la venerada imagen. Todo ello hubo de suspenderse, lógicamente, a tenor de las circunstancias vividas en los últimos meses y que han provocado que la tradicional procesión de hoy se diese por cancelada hace ya tiempo, al igual que casi en el último momento se hayan visto alterados los actos, al aire libre, previstos para hoy como la propia Eucaristía o la imposición, que han debido celebrarse por separado. Y así, tras una Misa celebrada a mediodía bajo una exhaustiva y eficaz organización, por parte de su hermandad, la tarde se ha reservado para el acto protocolario de imposición de la medalla, también al aire libre y en la plaza que cierra la ermita por su flanco oeste, en medio de un impresionante respeto y comportamiento por parte del público asistente. Finalmente, la imagen ya luce prendido el símbolo de la máxima distinción municipal.

En presencia de la totalidad de su hermandad y del párroco de Las Angustias, Alberto Sedano, y con no pocos vecinos y motrileños congregados ordenadamente en las inmediaciones de la ermita, la alcaldesa la Medalla de Oro entre los aplausos del público y de una impresionante petalada que han dado colofón al acto, lanzada, por encima de la propia ermita y desde el camión auto escala por dos miembros del cuerpo de Bomberos de Motril : “Ha sido algo emocionante y que no olvidaremos”, dijo la primera edil.

En nombre de la Real Hermandad, su hermano mayor Antonio Manuel García no ha ocultado la emoción al ver cumplimentado el acto oficial de imposición de la medalla que tanto ha debido demorarse por circunstancias excepcionales: “vuelvo a decir que es un orgullo para este barrio, la parroquia y la hermandad. Hoy es un día muy especial e inolvidable para todos nosotros”, dijo García.

La propia hermandad recordaba hoy, con nostalgia, lo que siempre ha supuesto la procesión de alabanza del segundo domingo de octubre y que este año pese a no celebrarse, no ha impedido que se realice la novena en la ermita, con las lógicas restricciones de aforo. Se da la circunstancia de que, meses atrás, se realizó una importante labor de rehabilitación y restauración del altar mayor de la ermita y el camarín, junto con otras dependencias de la misma que además cuenta ya con un nuevo sistema de iluminación ornamental. Igualmente, se da la circunstancia de que la Virgen de las Angustias fue la imagen que presidió el Vía Crucis Penitencial que organiza la Agrupación de Hermandades y Cofradías, siendo uno de los escasos actos públicos que pudieron celebrarse en Cuaresma antes de la declaración del Estado de Alarma.

Por último destacar que durante la mañana se contó con la participación del Coro Flamenco Virgen de Los Dolores de Cájar, mientras que en el acto de la imposición de la medalla han intervenido tanto la Coral Armiz como la Banda de la Asociación Musical de Güevéjar. Gustó especialmente el altar efímero para entronizar a la imagen de Las Angustias, así como la presentación y ornato de la propia patrona, vestida con sus más antiguas piezas de ajuar, fajin de teniente general y luciendo la corona restaurada así como, también, el nuevo aspecto de su antigua Cruz que ha sido intervenida y a la han añadido nuevas cantoneras de plata.

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