Francisco Javier Labandón, alias El Arrebato, actúa este jueves (22.00 horas) en la Caseta Municipal del Cortijo del Conde. El concierto del artista sevillano, que tiene como telonero al grupo local Kañasur, promete ser uno de los platos fuertes de las Fiestas Patronales de Motril 2017.
Esta es la tercera vez que El Arrebato actúa en la capital de la Costa Tropical, por lo que ya es todo un veterano en esta plaza. Sus recuerdos de Motril, según ha comentado el propio artista, vienen ligados, más que a lugares, a sus gentes. “Me acuerdo de un niño que tiene acondroplasia y que viene siempre que actúo allí a mis conciertos”, comenta.
En Motril, El Arrebato tiene amigos y una legión de fieles seguidores que, a buen seguro, esta noche responderán a su llamada. En las redes sociales, desde hace semanas, muchos han anunciado que van a ir a arroparle, y gran cantidad de ellos se desplazarán exclusivamente a Motril desde otras localidades para verle encima de un escenario.
“El directo es la mejor versión de mí”, afirma el compositor sevillano, quien imprime a cada una de sus canciones un toque de poesía y quien asegura que lo que más le gusta “es la música, cantar y componer y disfrutar de los conciertos, como el de esta noche, que seguro que va a ser una noche mágica”.
De Motril, cuenta, le gusta todo: “la comida, el clima, la gente y la fiesta”. Le apasiona tanto que quiere volver, “pero no a trabajar, sino de vacaciones”. “Y es que Motril es para quedarse a vivir”, bromea.
Con su último disco, ‘Músico de Guardia’, que presenta esta noche en Motril, en el que es su único concierto de esta gira en Granada, le ha dado una vuelta de tuerca a sus canciones. “Hemos refrescado a El Arrebato y conseguido llegar a más público. Así, el concierto de esta noche es para todas las edades”, asegura el autor de ‘Búscate un Hombre que te Quiera’.
Para Francisco Javier Labandón, éste es su mejor momento, pues, reconoce, hace unos años “vivía demasiado deprisa”.
“Ahora quiero masticar más las cosas”, dice el artista sevillano. Con 32 años cantando y dos hijos que se dedican también a la música, El Arrebato tiene una visión más tranquila de la vida, pero con el mismo optimismo de siempre.
“La verdad es que no tiene mérito, porque no es una opción, es que soy así, siempre veo las cosas positivas de la vida”, reconoce.
En sus conciertos, impregna el escenario y al público de ese optimismo, que se contagia. “Lo que pretendo es que sea una fiesta de la música y una ocasión para celebrar la vida”, avanza.