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Carlos de Jacoba presenta u nuevo álbum “Alpaca Real” en consideración para los Latin Grammy 2020.

Llega el momento  de disfrutar de este magnífico trabajo recién editado bajo el sello Alitare Music y que cuenta con la inestimable colaboración de Estrella Morente, Diego El Cigala, David de Jacoba, Sorderita, Bernardo Parrilla, Ramón Porrina y Piraña, y bajo la producción de Jesús de Rosario y los arreglos de Diego Amador.

“Porque la alpaca implica nobleza y sobre esta se sustenta la realeza”. Es la explicación de Carlos de Jacoba a su elección del título para su primer álbum. La alpaca o plata blanca presenta, además, procede recordarlo, alta resistencia a las corrosiones. Y nos remite, claro, a esa proverbial alusión de los gitanos viejos a lo imponente que le caía a uno de ellos su traje de alpaca… ¡Pues claro! Como el que se entalló Rafael de Paula para asistir a la presentación de mi Diario de un paulista. ¡Qué paseíllo el suyo! También es el de Carlos de Jacoba, hermano de un cantaor que nos está cambiando la época a golpe de salidas por siguiriyas y dolencias por tangos, un disco de andares gitanos y toreros, el eco de cuyos pasos está llamado a perdurar una eternidad en la soleá que aquí nos deja, en verdad modélica, tan añeja y suntuaria como renovadora en su indagación de acentos, una soleá para emborracharse de punzantes nostalgias y darse sin recato a la bebida de sus sentencias pausadas e inspiradas por el vino añejo.

Con las colaboraciones de lujo de Estrella Morente, Diego El Cigala, David de Jacoba, Sorderita, Bernardo Parrilla, Ramón Porrina y Piraña, la producción de Jesús de Rosario y los arreglos de Diego Amador, dos artistas paradigma de gusto a la hora de vestir una música, Alpaca Real era un disco muy esperado por quienes hemos asistido a los triunfos de Carlos de Jacoba en citas como la Suma Flamenca de Madrid o el Festival Flamenco On Fire de Pamplona. Y es con sus referencias a Camarón y Paco, las aportaciones de Carmela de Las Grecas y el gran Benavent o sus sutiles guiños al tan cimero e influyente como casi secreto guitarrista que fue Manzanita un disco animado por una concepción muy pura del flamenco y, al tiempo, alimentado por un cierto sonido que nos retrotrae a los 80, tiempo en que nuestro arte reagrupó patrimonio y energías para cobrar un impulso cuya estela aún no ha concluido.

Como todo lo compuesto por Carlos de Jacoba, los ocho surcos contenidos en Alpaca Real han sido concebidos para poder ser recreados por una garganta flamenca. Y es que resulta inevitable la reflexión en torno a, por ejemplo, cuánta de la música salida de la cabeza privilegiada de Paco no nacía de su pregunta de cómo la cantaría Camarón… De ahí, de ese amor al cante del guitarrista, surgen los reconfortantes meandros que nos proporcionan sosiego tras los frenéticos serpeos con que su guitarra traza en el cielo relámpagos, versículos de un evangelio personal que nos pulsa todas las teclas de la emoción flamenca.
Joaquin Albaicín nos habla de este gran trabajo:  ¡Disfruten de los sonidos negros, verdosos y turquesa de esta guitarrista de limpísimos y refulgentes quilates que, como dijeron de Cagancho tras su apoteósico debut en México, viene para quedarse!