Una intervención ambiental pone al barranco del Ibartanillo en el horizonte de un nuevo espacio natural para Motril

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La ciudad de Motril podría incorporar a su trama un cauce natural, a las mismas puertas de una de las zonas más desarrolladas de su casco urbano: la que se extiende de sur a norte de la población al este de la misma y que configura el extenso barrio de Los Álamos. En efecto, los trabajos que se han desarrollado en las últimas semanas, por parte de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Granada, han supuesto un golpe de timón en el tratamiento de las limpiezas de ramblas en el municipio, ya que se ha sacado a la luz, literalmente, un amplio tramo del cauce natural de la Rambla de Ibartanillo, afluente de la Rambla de Los Álamos, y curiosamente una de las pocas que existen en la periferia de la ciudad cuyo trazado no está hormigonado.

La alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, ha supervisado la concienzuda labor de limpieza y restauración paisajística emprendida por Medio Ambiente y cuyo resultado es tan espectacular como prometedor, al dejar al descubierto un amplio tramo de la rambla cuyo perímetro está siendo reforestado con especies autóctonas, y eliminando las invasivas; dibujando una estampa inédita en el Motril del siglo XXI al recrear un cauce de agua que penetra en la misma Ronda de Levante para confluir con la Rambla de los Álamos en su tramo urbano. “Aprovechando que se está realizando el estudio de detalle del Mot 5, esta zona, hemos hecho este magnífico descubrimiento que nos lleva a plantearnos, siguiendo las indicaciones de los técnicos de la Junta de Andalucía, a renaturalizar esta parte y convertirla en todo un atractivo para disfrute de los motrileños”, explicaba la alcaldesa. En efecto, para García Chamorro “es el momento de ser especialmente cuidadosos ante lo llamativo un futuro cauce de agua rodeado de vegetación y con senderos para su disfrute”, decía la primera edil como advertencia y llamamiento a la ciudadanía para frenar la degradación de los espacios naturales perimetrales del casco urbano y evitar que, como en el caso de la Rambla de Ibartanillo, se hayan retirado cientos de kilos de escombros, enseres y basura. “Tenemos un punto limpio a escasos metros y no podemos consentir que las conductas incívicas e irresponsables dañen los espacios naturales que rodean Motril”.

Compromiso

Para la delegada de Agricultura de la Junta en Granada, María José Martín, la actuación desplegada por su delegación simboliza un cambio importante en la concepción de los trabajos que se llevan a cabo en las ramblas. De una limpieza periódica (en este caso no se había realizado ninguna en décadas) se ha ido a algo más concienzudo y comprometido con la propia rambla y sus aledaños: recuperarla como un espacio natural. “Desde luego, vuelvo a incidir en que el compromiso y colaboración entre las dos administraciones está siendo determinante y el resultado es que hoy recuperamos un lugar, un entorno”, decía Martín. La delegada apostó a la restauración como un modelo a seguir porque implicará “un desarrollo a medio y largo plazo para darle a la ciudad un lugar que siempre fue suyo, pero que ha estado enterrado muchísimos años. Hoy hay que felicitarse”, dijo la responsable provincial.

Por su parte, el teniente de alcalde de Agricultura y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Motril, Antonio Escámez “el nuevo descubrimiento de la Rambla de Ibartarillo, cuyas aguas desembocan en el Parque de las Provincias, que los propios técnicos de la Junta de Andalucía recomiendan su protección y mantenimiento porque puede integrarse como un área de esparcimiento para Motril”, decía el edil. El teniente de alcalde explicaba, además, que la retirada de cientos de kilos de suciedad, la eliminación de cañizales invasivos y la plantación de especies originarias y autóctonas “reconvertirán este paraje abandonado en un lugar precioso, es un reto que vamos a atender con diligencia”. Escámez, después del reconocimiento del cauce efectuado por los miembros del gobierno local, advirtió que hay que contemplar el cauce como una futura zona de esparcimiento blanda y adecuada a la topografía del terreno sobre el que discurre este tramo de rambla. “No vamos a perder ningún espacio ni ningún valor natural de nuestro entorno”, subrayó Antonio Escámez.

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