Se ha podido establecer además que esta roca era un fragmento desprendido del cometa 169P/NEAT.
El brusco choque con la atmósfera elevó rápidamente la temperatura de dicha roca y se inició así la bola de fuego a una altitud de unos 107 kilómetros sobre Marruecos.
La bola de fuego pudo ser grabada, además, por los detectores que la Universidad de Huelva opera en varios puntos del país: Sevilla, Huelva, el Observatorio de Sierra Nevada (Granada) y el Observatorio de Calar Alto (Almería).
Estos detectores trabajan en el marco del proyecto SMART, cuya finalidad es monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.