Motril exhibe orgullo y protagonismo histórico en el Día de la Ciudad

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La real cédula de 3 de junio de 1657, firmada por el rey Felipe IV convirtió en ciudad a la villa de Motril, separando su jurisdicción de la de Granada. De ese momento histórico ya han transcurrido 364 años y, a lo largo del tiempo, la población ha ido asumiendo este carácter de manera paulatina y hoy lo exhibe con orgullo, en un momento crucial desde el punto de vista histórico. Así lo rubricó la alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, durante su intervención en el acto institucional del Día de la Ciudad, que tuvo su epicentro en el Auditorio Juan Carlos Garvayo, donde precisamente la primera autoridad municipal hizo un alegato de la fuerza colectiva de los motrileños y motrileñas “que han colocado a su pueblo en un momento crucial que convertirá a Motril en una ciudad referencia en la Andalucía del siglo XXI”. En efecto, García Chamorro aludió al hecho histórico de la concesión del honor de ciudad: “hemos presumido de un título que –permitidme que lo diga, porque sé que todos sentimos lo que voy a decir- no hemos terminado nunca de creerlo del todo. Y esa, sí, es la paradoja de Motril: durante mucho tiempo, décadas y siglos, hemos lucido un título del que no hemos llegado a estar, históricamente, muy convencidos”. Para llegar a esta afirmación, la alcaldesa se amparó en hechos evidentes: “A lo largo de todas las etapas de la historia contemporánea, incluso en el momento presente, los motrileños y motrileñas hemos recurrido a la lacónica expresión: ‘en el fondo continuamos siendo sólo un pueblo’, dando con ello un cierto matiz peyorativo a una palabra que define nuestra identidad solidaria, y olvidándonos de la ciudad quizá porque no hemos sido capaces de pensar en que realmente lo somos”.

Es más, la regidora aseguró que el siglo XX “nos definió como la ciudad de las potencialidades, que nos dejaba en ese punto: en una ciudad que no terminaba de arrancar en su contexto territorial e histórico. Sin embargo, quizá sea hasta positivo el hecho de que hayamos tardado tanto en asumir un título real que nos convirtió en ciudad en el siglo XVII, porque durante todo ese tiempo, y con todas las adversidades posibles, hemos ido construyendo los cimientos y ahora toca ir cerrando la obra, porque ahora es el momento”, dijo García Chamorro.

Para la alcaldesa, además, “hay muchos pueblos que presumen de ser las ciudades que no son, porque no tienen corazón de ciudad. Pero el de Motril está latiendo con tanta intensidad que, ahora, en nuestros días, escucho a nuestra gente, a nuestros vecinos y vecinas, a nuestros jóvenes y mayores, hablar de Motril con una pasión y fe y que jamás antes había sido expresada”. Ahora, destacó, Motril ha iniciado un camino que no tiene vuelta atrás: el futuro ha dejado de ser futuro para convertirse en presente “porque hemos asumido la creencia en nuestro potencial humano como impulsor de la historia y es ahora cuando el título de ciudad está brillando con una potencia descomunal. Ahora, sí, justo cuando os estáis acostumbrando a que vuestros amigos digan: en un par de años no habrá quien conozca Motril”.

La alcaldesa no olvidó, durante su intervención, que una conmemoración del rango del Día de la Ciudad tenía que rendir tributo a las víctimas de la pandemia, y así fue al recordarlas con un gesto emocionado que puso colofón al discurso institucional de la primera autoridad municipal.

Concesión de honores

En el contexto donde se ubica la realidad humana de Motril, la alcaldesa incidió en que había que hacer “más grande aún el espíritu de la gratitud que siempre ha caracterizado a las motrileñas y motrileños de todos los tiempos. Debemos ser muy conscientes de que no pocos hombres y mujeres, de manera personal o colectiva, han aportado su esfuerzo –en cualquier faceta del desarrollo de las personas- para engrandecer y proyectar el nombre de Motril”.

En base a ello, y con el refrendo de la Corporación Municipal, que se vio ampliamente representada en el acto institucional, el Ayuntamiento de Motril se amparó en su Reglamento de Honores y Distinciones para conceder el aplauso de la admiración más genuina a quienes recibieron los títulos honoríficos más altos de Motril: Hijo Adoptivo para el poeta Antonio Carvajal Milena. Hija Adoptiva a María Nieves Montero de Espinosa Rodríguez, directora del Instituto de Medicina legal y Ciencias Forenses de Granada.

Las Medallas de Oro de Motril, tal y como también aprobó en su día el pleno municipal, fueron impuestas al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, el motrileño Luis Rubiales Béjar; al Hospital Comarcal Santa Ana y Centros Sanitarios de Motril, cuya distinción recogió la médico intensivista Laura Fernández; La Policía Local motrileña, encabezada por el Jefe de la misma José Luis Rojas y el Grupo motrileño Melaza, que recogería su distinción de la mano de su director Alberto Feixas; todo ello sin olvidar la significación de que el acto institucional se celebrase en el Auditorio Juan Carlos Garvayo, en honor al pianista motrileño que ayer recibió el documento oficial en el que se consigna tal distinción.

La entrega se desarrolló en un ambiente de máxima emoción, respeto y reconocimiento por parte del público representativo de todos los estamentos de la vida social, política, económica, cultural y humana de la ciudad que ayer conmemoró su día grande.

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