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Los concejales del Ayuntamiento de Motril, Miguel Ángel Muñoz, Inmaculada Torres y Daniela Paqué han dado a conocer ante los medios informativos las conclusiones de su reciente viaje de hermanamiento a la República Saharaui. Uno de los objetivos principales era, a través de los políticos granadinos, conocer in situ la problemática que vive el pueblo saharaui.

Miguel Ángel Muñoz ha relatado la experiencia de este viaje institucional organizado por la Asociación de Amigos del Sahara de Granada, y donde se ha evidenciado que “la cooperación con el Sahara empieza a antojarse corta, cuando lo que se necesita es una solución política”.

El viaje en sí, reconocía Muñoz, tiene una parte emocional, “la que cada uno de nosotros se lleva, tras ver a un pueblo abandonado desde hace más de 40 años, que vive en la miseria sin agua y sin luz en humildes jaimas y con poquísimos recursos alimenticios. Es incomprensible que en el año 2018 haya decenas de miles de personas que viven olvidadas y sin nada en el Sahara”.  El pueblo saharaui tiene algo en lo que han coincidido los tres ediles: dignidad, “están soportando una situación horrible con la mayor entereza posible y con unas grandes dosis de generosidad, al tiempo, los niños y niñas demuestran una educación exquisita con el visitante”, puntualizaba Muñoz.

El edil motrileño, igualmente, ha resaltado que la cooperación es imprescindible, “por ello están resistiendo” porque no se debe olvidar que es un pueblo que lleva 42 años viviendo al límite de la muerte, es decir, “al límite de la alimentación, con precariedad absoluta en materia sanitaria y con carencias en los aspectos más básicos que uno se pueda imaginar”.

Pero donde el concejal motrileño ha hecho especial hincapié es en el mensaje que las autoridades saharauis, la mayoría mujeres, les han trasladado en su viaje, y es que hay que visibilizar en lo posible aspectos como el llamado ‘Muro de la vergüenza’ –un muro de 2.700 kilómetros construido por Marruecos que divide el Sahara rico del Sahara pobre–; además, “en los encuentros que hemos mantenido con alcaldesas y gobernadoras, nos piden a gritos que contemos todo lo que hemos vivido y visto, porque estas personas están sufriendo una situación absolutamente penosa; y recordaba, que la Audiencia Nacional ya sentenció en su día que el pueblo saharaui está padeciendo un genocidio por parte del gobierno marroquí”. Muñoz concluía pidiendo que se sienten las autoridades de Marruecos y Europa y lleguen a acuerdos que erradiquen que hoy día existan miles de personas abandonadas a su suerte en el desierto.

La concejala Daniela Paque, por su parte, relataba su experiencia vital, “hemos convivido con las familias del Sahara en las mismas condiciones que ellos, en todos los sentidos, y por tanto me traigo una carga de emociones, sensaciones y sentimientos encontrados muy fuertes ante tanta precariedad. Creo que es importante que las personas que estamos en las instituciones podamos vivir in situ en qué situación se encuentra el pueblo saharaui desde hace más de 40 años, en unos campamentos situados en lo más inhóspito del desierto, esperando que algún día se les de la oportunidad, que les corresponde por derecho, y que no es otra que vivir en el Sahara Libre”.

Paqué también recordaba a las familias motrileñas y granadinas que año tras año acogen a niños saharuis en la iniciativa ‘Vacaciones en Paz’, una acción que permite que los chavales salgan de un entorno hostil y puedan respirar durante dos meses en un ambiente favorable que beneficia enormemente su salud y los “saca de estar en época estival a más de 56 grados de temperatura”.

Los saharauis están haciendo una resistencia pacífica y “demuestran en cada actitud una gran dignidad como pueblo y una gran generosidad”, añadía Paqué, quien espera que se les devuelva su patria antes de que pueda producirse un conflicto armado irreversible. La edil concluía su intervención recordando una frase que aparece en uno de los campamentos visitados: “aquí no nacen las flores, no nacen los árboles, pero sí florecen personas”.

Finalmente, tomaba la palabra la concejala Inmaculada Torres, quien también se mostraba impactada por la experiencia vivida, “los saharauis son unas personas que te dan lo que no tienen, y el vivir con ellos en su día a día dentro de su dinámica familiar, así como participar de su organización interna como pueblo, te obligan a hacer visible las situaciones que viven y padecen todas esas familias. Torres añadía que verdaderamente el llamado ‘Muro de la vergüenza’, es sencillamente “una vergüenza, ya que no se puede concebir que en pleno siglo XXI el mundo permita una situación humana lamentable o los gobiernos se mantengan impasibles a la hora de arbitrar una solución definitiva.

La concejala, dentro de las muchas ayudas que se pueden prestar, ha querido hacer un llamamiento para que “toda aquella persona o entidad que pueda y quiera que ayude, que colabore en lo posible pues todos podemos implicarnos un poco más con esta causa, por ejemplo, acogiendo a un niño en verano durante dos meses, y así, sacarlo del pedregal donde vive, dándole la oportunidad de salir de su triste y penosa rutina diaria”.