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Colin Bertholet presenta su nuevo proyecto artístico, este viernes, en un conocido restaurante de Motril. Una exposición monotématica, titulada “Bouganvilla, una infección de color”, compuesta por dos docenas de ilustraciones realizadas con su Tablet, protagonizadas por la flor que da nombre a la muestra, impresas sobre un papel de alto gramaje ( con una técnica de chorros de tinta denominada ‘Glicée’) y numeradas y firmadas a mano por el autor.

La última vez que Bertholet dio forma a un proyecto artístico fue un tributo a la cinta de casete que acabó convirtiéndose en exposición colectiva y formando parte de la XXVII edición del Festival Tendencias de Salobreña. Una muestra que contó con la participación de más de una veintena de artistas procedentes de diversas disciplinas y situaciones geográficas.

Si hablamos de interiorismo, el estilo de Colin evoluciona al ritmo que marcan las tendencias.

Avalada por una trayectoria profesional de casi cuatro décadas, la firma de Colin Interiorismo ha dejado huellas con forma de restaurantes, bares, cafeterías, comercios, locales nocturnos, espacios de trabajo y, sobre todo, hoteles en República Dominicana, Marruecos, diferentes puntos de la geografía española y actualmente, en Panamá.

Su inquieta faceta artística lo lleva a recordar una de sus frases predilectas: “tener ideas es un paraíso; ejecutarlas, un infierno” aunque a juzgar por su actividad, su temor al averno es prácticamente nulo.

Autor de tres libros-objeto (Ventanas con palabras, Salobreña, la bella y la bestia y el Libro homenaje a la última fábrica de azúcar de Europa), cofundador del Festival Tendencias y Música en los Rincones, creador y director de “Lugares comunes”, una revista multicultural que nació anunciando su muerte pues, solo duraría un año y tendría cuatro ediciones trimestrales, una por estación.

Colin dibuja sobre papeles, admirando sus texturas, o sobre las pantallas táctiles de su teléfono inteligente – o tableta – valorando “su brillo, la inmediatez y lo fácil que resulta compartir arte con la revolución tecnológica”, señala y añade que, “gracias a Internet en general y las redes sociales en particular”, sus ilustraciones y garabatos digitales han sido vistos y comprados por gente de todo el mundo.

Su nueva exposición se titula “Buganvilla, una infección de color” y aunque se inaugura el viernes, 9 de noviembre, a las 20.30 horas podrá visitarse hasta el 26 de diciembre. El lugar elegido se llama Zarcillo y es un restaurante ubicado en Motril que suele apostar por el arte, acogiendo en sus instalaciones diversas exposiciones temporales. Bajo la dirección del joven chef, Álvaro García, Zarcillo ofrece una gastronomía de carácter gourmet con fórmulas elaboradas fundamentalmente, con productos de la zona: el pulpo, el mango, el aguacate, la quisquilla de Motril o el caviar de Riofrío son solo algunos de los manjares que incluye una oferta gastronómica dinámica y respetuosa con el producto que los viernes por la noche adopta técnicas niponas y latinas para ofrecer a sus comensales exquisitos bocados de estilo nikkei.

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