A media tarde de hoy, viernes 13 de agosto y coincidiendo con la tradicional ofrenda de flores y alimentos a la Patrona de Motril, Nuestra Señora de la Cabeza Coronada, La primera autoridad motrileña, Luisa María García Chamorro, ha depositado a los pies de la Venerada Imagen el bastón de mando municipal, máximo distintivo físico de la alcaldía motrileña; renovando con ello el ritual anual de entrega del mismo como símbolo del reconocimiento de Alcaldesa Perpetua, que descansa en la imagen de la Patrona.
Acompañada por la práctica totalidad de su Equipo de Gobierno, García Chamorro cumplimentó el gesto de dicha entrega durante la ofrenda floral y de alimentos que ha tenido lugar en el interior del Santuario, por segundo año consecutivo y a consecuencia de las restricciones de aforo impuestas por la actual situación sanitaria.
La ofrenda floral ha sido, tradicionalmente, un acto multitudinario iniciado hace más de treinta años y que, en sus inicios, se realizó en el altozano del Santuario para trasladarse poco tiempo más tarde al Parque de los Pueblos de América, a modo de colofón de la Novena de la Virgen y en la antesala del día Grande de la Patrona de Motril, el 15 de agosto, cuando se verifica su procesión de alabanza por las calles de la ciudad. Por segundo año consecutivo, la Virgen de la Cabeza se quedará en el interior del templo, aunque podrá ser visitada y venerada por los motrileños y visitantes durante la jornada del próximo domingo.
La alcaldesa ha declarado, esta misma tarde, sentirse “honrada, una vez más, al presentar nuestros respetos ante una imagen que encierra un profundo significado para los motrileños de todas las épocas, que posee un extraordinario significado devocional para muchas generaciones y cuya presencia en la ciudad, desde hace más de quinientos años, ha influido incluso en su propia historia”. García Chamorro invitó a propios y extraños a que visiten en Santuario durante la jornada del día 15 “siempre desde la prudencia y la responsabilidad que seguiremos pidiendo a la población y siempre, también, con la esperanza de que el próximo año todo haya cambiado y podamos externalizar nuestros sentimientos como pueblo, de la forma en que lo hemos venido haciendo durante décadas”.
