Con el preámbulo vergonzoso de la celebración de una corrida de toros, el programa de fiestas de la Feria de Motril es, un año más, un ejercicio de improvisación, de falta de criterio en la elección de artistas y actuaciones y de desentendimiento de los intereses e inquietudes de los vecinos y vecinas en general.
Nuevamente, en 2017, volvemos a encontrarnos una Feria sin sentido, que no responde a las necesidades de los motrileños y motrileñas y cuya programación refleja improvisación para llenar la semana de actos desperdigados, sin personalidad ni identidad propia.
Christian Linares, concejal de IU, ha criticado la elección de algunos de los artistas que actuarán en la Feria, al considerarlos faltos de atractivo y carentes de relevancia en el panorama musical actual.
El edil de IU ha insistido en la necesidad de dotar de coherencia y sentido a la programación de actividades de la Feria con el objeto de ir conformando una identidad propia y representativa de las inquietudes y los intereses de los motrileños y motrileñas. En este sentido, ha puesto como ejemplo programaciones de otras localidades costeras, como Salobreña y Almuñécar que han consolidado eventos propios, como el Festival de Jazz en la Costa o el Festival Tendencias, que gozan de un importante prestigio cultural y merecen la atención del público no sólo de sus localidades.
Christian Linares ha cuestionado también la organización de la inauguración de la Feria, en la que probablemente se solapen eventos con gran afluencia de público, como la ofrenda floral a la Patrona, que tendrá lugar en la iglesia del Cerro y el pregón y el castillo de fuegos artificiales que se desarrollarán en la playa, con poco tiempo de diferencia entre ellos.
El concejal de IU ha denunciado, finalmente, la ausencia una vez más de transporte público durante la Feria para los vecinos de la zona norte de la ciudad, una tradición que no deja de cumplirse año tras año y que considera inaceptable.
Por último, ha expresado el rechazo rotundo de su formación al apoyo que desde el Ayuntamiento y la Mancomunidad se ha prestado para la celebración de una corrida de toros, un espectáculo de crueldad contra los animales que no puede contar, en ningún caso, con la complicidad de las instituciones públicas.
