El gobierno local que preside la alcaldesa, Luisa María García Chamorro, elevará al próximo pleno municipal una moción con la que se pretende el respaldo de la corporación en relación a la situación actual del sector de la pesca de arrastre. En efecto, la Cofradía de Pescadores de Motril y la asociación Organización de Productores Pesqueros de Motril OPP-85, han solicitado el apoyo explícito del consistorio motrileño al manifiesto realizado por la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, que lanza una llamada de auxilio sobre los efectos que está produciendo el Plan de gestión de demersales del Mediterráneo (aprobado en 2019 a propuesta de la Comisión, y en vigor desde 2020), que, según la federación, “está reduciendo la actividad de los barcos de arrastre por debajo de los días necesarios para la actividad, obligando de forma progresiva al cierre de empresas y a la pérdida de tripulantes, repercutiendo en otras modalidades de pesca, en la industria auxiliar, y en la propia industria turística”.
El documento explica cómo el arte de arrastre es sostenible y lo ha sido desde tiempo inmemorial, siendo un motor vital de la economía en la costa del Mediterráneo español. Las embarcaciones de la modalidad de arrastre precisan de un mínimo de 190 días de actividad anual para obtener un mínimo de rentabilidad, en los que puedan realizar tanto días de pesca costera como de profundidad, diferenciación artificial que debe eliminarse porque el arrastre es multiespecie.
Además, en su aplicación se estaría discriminando a la flota de arrastre española, que ejerce su actividad 12 horas diarias, un número de horas menor que las de Francia e Italia. “El Estado debería requerir a la Comisión a que reconociera a nuestra flota las 15 horas que fija dicho Plan, no para aumentar la jornada actual, sino para tener horas en stocks que se puedan convertir en días de actividad”, indica el manifiesto.
Las cofradías de pescadores y sus federaciones a través de la Federación Nacional de cofradías de pescadores, se están coordinando con otras asociaciones y organizaciones pesqueras, para que todas las áreas del caladero mediterráneo tengan voz, en un nuevo modelo de cogestión en el que el Estado actúa en conjunto con el sector científico y con el sector profesional, para avanzar en la ordenación del caladero y en la defensa de este arte.