El Carnaval de Motril vivió su gran noche de rememoranzas y exaltación de los valores populares de la ciudad

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Nunca antes se había conseguido entrelazar la emoción y la simpatía de la fiesta con tanta elegancia. Pero como el público motrileño tenía claro que así iba a ser, colmató el aforo del Teatro Calderón días antes de la celebración del gran acto del Carnaval de Motril 2020, hasta el punto de agotar las localidades para un evento que rozó las tres horas de duración y cuyo carácter solidario (a beneficio de la AECC) le otorgó un plus humano y especial.

El Área de Fiestas del Ayuntamiento de Motril apostó por el formato de este acto inaugural y simbólico del carnaval de este año, formando una piña con los familiares de la motrileña y carnavalera Adela Muñoz Lorenzo, cuya aportación a la fiesta presidió una noche en la que su recuerdo sirvió para que el gran público no olvidase la importancia de preservar las tradiciones más auténticas.

Y así lo reconoció la alcaldesa de Motril, Luisa María García Chamorro, quien abrió el gran acto del viernes 21 destacando a la recordada Adela Muñoz “como un ejemplo del bien que pueden hacer a su pueblo las personas que tanto lo quieren y por el que tanto luchan”. García Chamorro situó a la homenajeada en el cuadro de honor de “las personas sencillas, honestas y comprometidas con sus vecinos en el mantenimiento y pervivencia de los valores más auténticos y populares de Motril”. La alcaldesa destacó el papel social, cultural y humano de una mujer que supo tirar del carro de las tradiciones y sumar, con su esfuerzo, muchas iniciativas ciudadanas, de esas que precisamente “definen el alma de un pueblo”.

La concejala de Fiestas del Ayuntamiento de Motril, Magdalena Banqueri, dijo sentirse “ilusionada y emocionada con la implicación de la familia de Adela Muñoz y de tantos amigos, músicos y comparsistas que esta noche hacen grande el Carnaval de Motril”. Precisamente, Banqueri fue la encargada de dar la alternativa festiva a la sobrina de Adela Muñoz, María Puertas, quien pronunció el pregón oficial del Carnaval de Motril ante un público que ya estaba totalmente rendido a la emoción, y que escuchó entregado el precioso pregón de Puertas.

Pero la noche tuvo diversos escenarios de sentimientos, todos ellos en el mismo enclave. La comparsa Las Chicas de Oro, de la que la propia Adela Muñoz fue alma máter, que representa el mayor ejemplo de constancia e incluso relevo generacional dentro del carnaval motrileños, tuvo su noche también de oro. Guiños al pasado y alegato de un presente que debe existir para esta fiesta; además de algunas de sus más históricas caracterizaciones sirvieron para poner al público en pie. Junto a ellas, la magia de la Coral Armiz, que llegó al alma de lo más castizo y motrileño o la impronta de muchos integrantes del grupo Melaza que, por coincidencias hermosas de la fiesta, tenían no poca semejanza con aquellos inolvidables “gorrillas” que, a comienzos de los 2000, provocaban y se granjeaban el favor del público en carnavales inolvidables, a pie de calle.

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