Dos alpinistas granadinos inician la aventura de Motril al 8.000

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Pedro J. Feixas

Los granadinos Fernando Fernández Vivancos y José Saldaña Rodríguez han iniciado hoy en Motril (Granada) una aventura que les puede convertir en los primeros andaluces en coronar el Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo, ubicada en Pakistán.

 

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Los dos montañeros salieron esta mañana desde el puerto de Motril con una «mochila cargada de ilusiones» y el propósito de alcanzar, en un plazo máximo de dos meses, la cima del Nanga Parbat, situada en la cordillera Karacórum-Himalaya en Pakistán, a 8.125 metros de altitud.

 

Una aventura que llevan a cabo en solitario con la única compañía de varios ayudantes, entre ellos un cocinero que se quedará en el primer campamento, «pero sin la ayuda de sherpas y sin oxigeno artificial», lo que lo hace «aún más complicado», han explicado.

Los dos granadinos cuentan con una amplia experiencia tanto en la montaña como en grandes expediciones, ya que han conseguido coronar varios ‘ochomiles’ a lo largo de sus vidas, entre ellos el Shisha Pangna (8.046 metros) Cho Oyu (8.201) Gasherbrum II ( 8.035) o el Manaslu (8.163).

Fernando ha reseñado que la ruta prevista a seguir es la de Kinshofer, que discurre por la cara Diamir, abierta por una expedición alemana en 1962.

Para ello establecerán un campo base a 4.200 metros y otros cuatro situados a 4.900, 6.100, 6.700 y 7.300.

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Desde este último intentarán alcanzar el punto final, según Saldaña, que apunta que llevan tiempo planeando esta aventura y que saben que se van a encontrar «muchas dificultades, entre ellas, la propia inestabilidad climatológica, donde soportaremos, en ocasiones, temperaturas de hasta 20 o 30 grados bajo cero».

Su primer objetivo, dice, es alcanzar el pico con serenidad y pensar en bajar, que «también es muy complicado» .

Ambos explican que el corredor Kinshofer es un largo muro de nieve y de hielo de mil metros y unos 55-60 grados , que da acceso al Muro Kinshofer.

Técnicamente no es muy difícil pero la visión que se va teniendo según se va ascendiendo «llega a ser estremecedora, con un tobogán de mil metros que termina en el mismo glaciar Diamir».

Saldaña apunta que el corredor es «largo, largo, muy largo» y muy «complicado» al contar con aproximadamente 100 metros de roca prácticamente vertical con alguna fractura en la continuidad.

Es muy exigente sobre todo las primeras veces por la falta de aclimatación y por el peso de las mochilas, cargadas con todo lo necesario para equipar los campamentos superiores.

Por ello, dicen que van a precisar al menos un mes de aclimatación a la zona, ya que en algunos casos tendrán que soportar temperaturas que pueden alcanzar 40 grados bajos cero-

 

Ambos han agradecido la ayuda recibida por la Autoridad Portuaria de Motril, la Diputación de Granada, el Ayuntamiento de Motril y Cetursa, así como de la Federación Andaluza de Montañismo

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