El concejal de Cultura, Francisco Ruiz, ha recibido al director de Cultura y Artes de la ciudad de Hermosillo, capital de Sonora, México, Guillermo Armada, con motivo del concierto organizado en el Teatro Calderón en homenaje a Emiliana de Zubeldía (1888-1987), insigne compositora y pianista navarra que vivió en el Estado de Sonora.
Armada ha hecho un obsequio a la ciudad de Motril en nombre del presidente municipal de Hermosillo, Manuel Ignacio Acosta, para conmemorar la visita y el encuentro cultural en la capital de la Costa de Granada.
Francisco Ruiz ha agradecido el gesto de los representantes de la ciudad de Hermosillo y ha mostrado la voluntad del Consistorio motrileño de seguir estrechando lazos culturales.
Emiliana de Zubeldía desarrolló su carrera como profesora de piano en Pamplona, pero a partir de 1928 comienza una andadura por América que finaliza con su asentamiento en Nueva York en 1937.
Diez años más tarde se establece en Hermosillo, capital del Estado de Sonora (México), donde trabaja como maestra de solfeo, historia de la música y piano, dirige la Escuela de Música de la Universidad y es directora del Coro Universitario, que alcanza un gran prestigio.
Como compositora, es autora de un gran número de obras para piano, guitarra, ensambles de cámara, coros y orquesta. Fallece en Hermosillo en 1987, casi a los cien años, tras realizar una ingente labor en todos los terrenos de la actividad musical. En México se convierte en una personalidad reconocida y admirada.
La soprano Elena Rivera y el pianista Jorge Robaina interpretan este concierto en el Teatro Calderón de Motril, resultado del extraordinario trabajo de la Fundación Emiliana de Zubeldía de la ciudad de Hermosillo, junto al Gobierno de Navarra, para promover, rescatar y difundir la obra de la compositora.
El programa, titulado “Canciones de Emiliana Zubeldía”, ofrece, en su primera parte, “Seis canciones populares españolas” con un repertorio basado en las piezas: Berceuse, Guajira, Zortziko, Coplas Gitanas, Jota, La Gitanilla (Edición Casa Max Eschig, París, 1927), y Asturiana (de Emiliana de Zubeldia, edición Revue Musical, París 1926).
Tras ello, una serie de obras de folklore español, armonizadas para piano por Emiliana de Zubeldía: La vi llorando (canción montañesa de despedida); El clavel (romancillo de ronda); Tengo cuatro pañuelucos (canción de romería, de la colección Soles y Brumas de España, edición de René Bauxou de Schweinfurth, México 1947).
Después continua con varias canciones de la colección “Poetas en América”, entre ellas: La niña de Guatemala (poema de José Martí), Nanas (poema de Carmelina Vizcarrondo), Yumurí (poema de Ellen McGrath de Galván); y Mañanita alegre (poema de Carmelina Vizcarrondo).
La actuación se cierra con canciones con poemas de Ana Mairena en la colección Poetas de América, canciones inéditas tituladas: El primer día, Perdí mi canica, Que soy blanca rosa, ¡Ay, que no soy!