Motril se suma, un año más, al ‘Día internacional de la Mujer Rural’, que se celebra el próximo domingo, 15 de octubre. Esta fecha, establecida por la Asamblea General de la ONU en 2007, tiene como objetivo reconocer y poner en valor la función y contribución decisiva de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
La teniente de alcalde de Igualdad, Susana Feixas, ha querido reivindicar el esfuerzo y la labor de muchas mujeres que trabajan en el campo y ha reconocido “el crucial papel que tanto ellas como las niñas desempeñan para asegurar la sostenibilidad de los hogares y las comunidades rurales, mejorar los medios de sustento y el bienestar en general”.
“Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y ayudan a prepararlas frente al cambio climático”, ha explicado Feixas quien ha destacado que de una forma esencial contribuyen además a la economía y las tareas domésticas.
La responsable de Igualdad ha señalado que, según la ONU, las campesinas sufren “de manera desproporcionada” los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como los hombres, “no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor”.
“Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento”, ha afirmado.
Susana Feixas ha subrayado que los informes internacionales indican que las barreras estructurales y la discriminación social continúan limitando el poder de las mujeres rurales en la participación política dentro de sus comunidades y hogares.“Su labor es invisible y no remunerada, a pesar de que las tareas aumentan y se endurecen debido a la migración de los hombres. Todos los indicadores de género y desarrollo muestran que las campesinas se encuentran en peores condiciones que los hombres del campo y que las mujeres urbanas”.
La teniente de alcalde ha recalcado que las instituciones y organismo internacionales son los principales “actores económicos y políticos” y tienen la obligación de influir para mejorar los servicios esencial (como agua, sanidad y energía) así como la situación social de este colectivo.
Las mujeres que dedican su vida al mundo rural tienen un enorme potencial. Tienden a tomar decisiones sobre el uso de los recursos y las inversiones que dan prioridad al bienestar de sus hijos, familias y comunidades. Por ello, «no se puede mirar hacia otro lado”, ha expresado Susana Feixas quien ha resaltado que se debe “trabajar firmemente” para conseguir un enfoque igualitario enfocado a un triple objetivo: igualdad de género, seguridad alimentaria y gestión del cambio climático.
“Con esto se contribuiría de forma inestimable a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que desde la ONU se proponen y que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades”, ha concluido la teniente de alcalde, Susana Feixas.