La concejalía de Agricultura, Parques y Jardines de Motril ha ampliado el plan de control de plagas de la oruga procesionaria con trampas de feromonas, que se están colocando en los pinos de los colegios Príncipe Felipe, Francisco Megías, y Virgen de la Cabeza y en zonas verdes como La Nacla, junto al Hospital Comarcal, Huerta de la Condesa, Cerrillo o el Cerro de la Virgen.
Se trata de artilugios naturales, sin ningún tipo de químico que afecte a personas o animales, y que complementan la instalación la pasada primavera de anillos de plástico y bolsa alrededor de los troncos.
Los espacios públicos ajardinados y espacios forestales de Motril donde crecen distintas especies de coníferas pueden padecer plagas de orugas procesionarias. El buen tiempo registrado al final de la primavera y las altas temperaturas del comienzo de la época estival en toda la provincia han ocasionado la proliferación de estos insectos, cuyo roce puede ser peligroso para las personas y los animales domésticos.
En este sentido, el Ayuntamiento de Motril ha dispuesto complementar el plan de control realizado la pasada primavera contra esta oruga, que es una de las mayores amenazas para la masa forestal española.
Según ha comentado la edil de Agricultura, Parques y Jardines, Gloria Chica, el plan iniciado por el Ayuntamiento consiste en la instalación de trampas ‘Koppert’ de feromonas en los ejemplares situados en el núcleo urbano de Motril y los anejos.
Se trata de una eficaz trampa de feromonas (atrayentes sexuales) especialmente diseñada contra la plaga de la procesionaria y que ya ha obtenido resultados muy satisfactorios tanto en España como en otros países mediterráneos. Su éxito se basa en la eficaz combinación de un diseño innovador con el uso de la exclusiva feromona Pherodis, que atrae de forma irresistible a los ejemplares adultos (polillas) durante la fase de vuelo en la que se trasladan desde el suelo a las ramas del pino con la intención de localizar hembras para reproducirse y colonizar el árbol.
Cuando los adultos de procesionaria caen en la trampa, se consigue interrumpir el proceso natural de reproducción y, por tanto, la colonia de procesionaria se extingue poco a poco, ha explicado Chica, que ha agregado que la feromona tiene un periodo de emisión de 3 meses, por lo que no hay que renovarla durante el periodo de vuelo y que la trampa es reutilizable.