Señalan en la moción que estas guerras están provocando la muerte de cientos de miles de soldados y multitudes de civiles, muchos de ellos niños y niñas, además de la destrucción de viviendas, de infraestructuras e instalaciones fabriles.
Además de sus consecuencias dramáticas en términos humanitarios, muchas de sus secuelas también se están haciendo notar en el conjunto de los países de la Unión Europea y desde luego en el nuestro, como son la inflación, la pérdida de poder adquisitivo de la población, la subida de hipotecas y tipos de interés, los daños al medio ambiente, las limitaciones de libertades y de derechos democrático o el auge del fascismo.
Desde la coalición progresista, manifiestan su rechazo a la guerra como instrumento de colonización y acceso a materias primas y al establecimiento de normas impositivas en el comercio internacional contra países y pueblos en vías de desarrollo o entre potencias para la conquista de mercados.
A la vez, se hace un llamamiento a todos los países y todas las potencias para que se renuncie a la guerra en los conflictos internacionales y se apueste por la negociación entre las partes implicadas con respeto al derecho internacional, a las resoluciones de Naciones Unidas y a las instancias judiciales internacionales.
En este sentido, reivindican la necesidad de recuperar la justicia universal para impedir crímenes de guerra, de lesa humanidad y el genocidio, así como la sustitución de los presupuestos de guerra por presupuestos sociales y su rechazo al envío de armamento a países involucrados en conflictos armados.